ü Ratio de
alumnos/as en el aula.
ü Trabajo
en equipo.
ü Coordinación
entre la familia y los diferentes profesionales implicados.
ü Diagnóstico
precoz.
ü Estimulación
desde edades tempranas, con tratamientos integrales.
ü Motivación,
proponiendo tareas acordes a los intereses del alumnado y que les ayuden a
canalizar su exceso de energía. Favorecer la motivación intrínseca.
ü Uso de
sistemas de autorrefuerzo (con sistemas de contingencias o premios).
ü Trabajo
específico de habilidades que ayuden a mejorar la atención, el autocontrol, la
impulsividad, favoreciendo el desarrollo de una autoestima positiva y la
tolerancia a la frustración.
ü Valoración
de las potencialidades de cada alumno/a.
ü Puesta en
marcha de estrategias de aula como: colocar al alumno/a cerca del profesor/a
favoreciendo el contacto visual y lejos de distractores; permitirle que se
mueva para ayudar en ciertas tareas como reparto de materiales; favorecer un
clima de aula adecuado, etc.
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